Las menstruaciones y el embarazo
suelen ir acompañados de una cefalea, y el mecanismo es a la vez
vascular y hormonal. Las neuralgias suelen ser responsables de una
cefalea aguda y repetitiva.
Junto
a estas cefaleas agudas están las cefaleas crónicas. Entre sus muchas
causas, destacan las perturbaciones en la composición de la sangre,
tales como la anemia, o al contrario el exceso de glóbulos.
Igualmente, pueden aparecer los problemas de gas
en la sangre, como la hipoxia, es decir la disminución de las tasas de
oxígeno en la sangre. Igualmente, una intoxicación prolongada o
frecuente de monóxido de carbono puede ser la causa de una cefalea crónica.
Este caso se observa en las personas que inhalan con frecuencia humo cargado de gas carbónico.
Si los dolores se cabeza se repiten desde hace un cierto tiempo, se
debe consular el asunto con un médico para verificar la posibilidad de
algún problema de visión.
Comprobar igualmente si la cefalea no es provocada por una tensión muscular. En ese caso, los movimientos de rotación de la nuca son limitados. La sinusitis, cuando no se trata, o está mal tratada, provoca una cefalea crónica. Finalmente, una cefalea crónica puede ser la consecuencia a medio, o largo plazo, de un traumatismo de impacto craneal.
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