miércoles, 21 de mayo de 2014

Ruta al Chorro del Gasco o de la Meancera

Ruta al Chorro del Gasco o de la Meancera



Muchas son las torrenteras y saltos de agua existentes en las Hurdes y algunos con senderos para acceder a ellos y disfrutar del espectáculo como el Chorrituelo de Ovejuela , el chorro de los Angeles o el Chorro del Gasco o de la Meancera. Esta vez fuimos a ver éste último. 




El Gasco pertenece al municipio de Nuñomoral. Es uno de los pueblos que junto a Fragosa ,Martilandrán y Riomalo de Arriba conservan todavía edificaciones de la arquitectura popular hurdana, levantada sobre  rocas del terreno y formando muros y techos con piedras y pizarra. Abundan las díficiles estructuras redondeadas rematadas por arriba con tejados de lanchas de pizarra negra. 









Entre las estrechas callejuelas nos encontramos una casa exponiendo en su exterior la tradicional artesanía con piezas trabajadas a mano de raíces, ramas o troncos. El que más me llamó la atención fue un estupendo tamboril que me pareció una auténtica obra de arte.




La ruta hacia el Chorro es corta. 1.800 metros marcó el Gps. La iniciamos en la fuente de la plaza donde dejamos los coches y empezamos bajando por las estrechas calles en busca del río  Malvellido para atravesarlo y seguir su cauce por un sendero con el pavimento de piedra  bien acondicionado.




con el río a la izquierda observamos los huertos en los bancales de la otra orilla. A nuestra  derecha, huertos en un principio y formaciones pizarrosas después. De aquí parte otra ruta que te lleva alVolcán del Gasco, de interés científico, que al no estar señalizado, es difícil de acceder cómo nos contó una pareja que lo había intentado y  tuvo que darse la vuelta . 


Pasamos por un inmenso canchal y de frente,  el valle de Malvellido al que nos vamos acercando para cruzar el río. Aquí el sendero ya no está pavimentado pero sí tiene las marcas de pintura indicadoras pues son 2 o 3 las veces las que hay que cruzar el río en su acusado descenso . Mejor hacerlo por ellas. 






Comienza una ascensión por el valle en cuyo último tramo se comienza a oír el impactante ruido del agua cayendo sobre las rocas. Y al final, el espectáculo de casi 100 metros de caída de agua cristalina.






 Después de innumerables fotografías, de vuelta al pueblo, unos para comer en el restaurante y otros, de vuelta a casa.




La ruta es corta y el último tramo tiene la dificultad de tener que saltar entre piedras y rocas pero nada insalvable si no se posee ningúna discapacidad.

Existen en estas tierras hurdanas numerosas rutas  perfectamente señaladas y con paneles informativos, pero para el que quiera una mayor documentación ambiental o cultural está el Centro de Documentación de las Hurdes y el Aula de la Naturaleza en Pinofranqueado.

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